La felicidad y el amor no tienen precio
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La felicidad y el amor no tienen precio

Actualizado: 28 feb 2021

¿Qué precio estás dispuesto a pagar por tu felicidad? Oscar Wilde en su libro "El Pescador y su Alma", nos relata la historia de un joven pescador que un día atrapó en su red a una sirenita de la cual se enamora. El joven le propone a su enamorada que sean novios pero ella le responde que eso sólo es posible si él se desprende de su alma.


El pescador entonces acude a un cura para que le diga como librarse de su alma, pero éste lo hecha de su lado sin ayudarlo. Va luego donde los mercaderes y les ofrece su alma, pero para ellos su alma no vale nada y nada pueden hacer con ella. Va entonces donde una joven bruja, que promete ayudarlo a librarse de su alma con la condición de que baile con ella. El joven pescador está dispuesto a pagar el precio que sea para ser libre y poder reunirse con la sirenita que tanto ama.


La joven bruja lo cita en la cumbre de las colinas a la sombra de un espino blanco. Al sitio también llegan más brujas del lugar y llega el mismo diablo, quien recibirá de la bruja el alma de aquel joven. Cuando el joven ve al diablo, se hace la señal de la cruz y pronuncia el nombre de Jesús, lo que hace que las brujas y el diablo se alejen de inmediato. La joven bruja que había citado al pescador para bailar esa noche, también intenta alejarse pero el muchacho la detiene y le suplica que le enseñe como deshacerse de su alma para ir donde su amada.


La bruja entonces le entrega un cuchillo con una mango de piel de víbora verde y le indica como usarlo: - dando la espalda a la luz de la luna, debía cortar su sombra, que es el cuerpo de su alma y ordenarle que se vaya -. Al bajar a la playa, el pescador resuelto escucha la voz de su alma que le suplica que no la despida sin darle su corazón, pero su corazón es de su sirenita. ¿Cómo darle su corazón y quedarse sin tener como amar a la fuente de su amor y felicidad? El alma lo abandona, no sin antes decirle que volverá a buscarlo cada año y él saldrá de la profundidad del mar al encuentro de su alma.


Cada año el alma regresa y primero lo tienta con darle mucha sabiduría si le permite regresar con él. Pero el joven pescador responde: "- la felicidad y el amor son más valiosos que toda la sabiduría del mundo -". El segundo año el alma lo tienta con el anillo de la riqueza, pero una ves más el pescador lo rechaza diciendo que "- el amor y la felicidad son más valiosos que todas las riquezas de este mundo -" y regresa al fondo del mar con su amada. El tercer año el alma le cuenta de una hermosa joven que danza con sus pies desnudos sobre un tapiz de cuero y el joven entonces se siente intrigado. Recuerda que su sirenita no tiene pies y que no puede danzar, y su corazón desea entonces ir a ver a tan maravillosa joven bailando con sus pies desnudos sobre el tapiz de cuero.


Su alma se pone feliz y entra nuevamente en el cuerpo del joven pescador y se alejan del lugar viajando a muchas ciudades en busca de la joven bailarina, pero su alma se ha vuelto mala y engaña al joven. No hay bailarina que buscar. El joven se enoja, decide entonces no volver a escuchar y hacer lo que su alma le pide. Regresa al puerto a buscar a su sirenita, pero ella no regresa más a él. Año tras año, el joven insiste. Su alma le presenta diferentes cosas pero el amor del joven por su sirenita es más grande y más fuerte y no hay nada que lo haga cambiar de opinión.


El alma ahora se empieza a dar por vencida, no hay nada en este mundo que logre superar su amor por la sirenita. Entonces le suplica ahora al joven que le permita entrar en su corazón. El joven conmovido por todo el dolor y el sufrimiento que ha padecido su alma, se lo permite y en ese instante su sirenita muere y su cuerpo queda en la playa. El pescador ahora llora, aferrado al cuerpo de su amada, el mar se enfurece y avanza. Su alma le ruega irse lejos pero no quiere abandonar a su sirenita amada y al día siguiente, el cura y los mercaderes encuentran su cuerpo sin vida, aferrado a su sirenita, ahogado en la playa.

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¿Cuánto estamos dispuestos a dar por ser felices?


He meditado muchas veces en una enseñanza muy sencilla, “Adán cayó, para que existiera el hombre y existe el hombre para que tenga gozo”, pero como tener gozo sino sabemos exactamente dónde encontrar ese gozo o que cosas nos dan ese gozo o felicidad. No quiero enfocarme en enseñanzas teológicas, quiero usar esta frase para enfatizar que la razón de esta vida es obtener felicidad, que es algo que los seres humanos siempre hemos deseado tener pero que nunca hemos sabido dónde buscar.


Una de las razones por la que tantas personas han fracasado en el pasado y siguen fracasando en el presente en la búsqueda de la felicidad permanente, es que hemos querido encontrar la felicidad en una buena casa, un buen trabajo, el éxito en los negocios, en los estudios, etc. Enfocamos nuestra atención en cosas que son efímeras. Podemos tener un buen trabajo y eso nos da felicidad y si perdemos el trabajo, hasta ahí llegó nuestra felicidad. O tenemos una casa hermosa y somos felices, hasta que un terremoto la destruye y con ella nuestra felicidad.


"Creo que el propósito fundamental de nuestra vida es buscar la felicidad. Tanto si se tienen creencias religiosas o no, todos buscamos algo mejor en la vida. Así pues, el movimiento fundamental de nuestra vida nos encamina en pro de la felicidad”, Dalai Lama.


Sólo un joven pescador pudo llegar a comprender estas palabras del Dalai Lama. Su afán de buscar mejores cosas en la vida, un sueño fantástico de vivir en las profundidades del mar, renunciar a su alma y a su vida misma para estar con su amada sirena. La fuente de la felicidad no eran sus redes, ni su cabaña, ni los pescados; su fuente inagotable de felicidad era lo que en su interior sentía por su amada: un amor tan grande y tan profundo que su corazón no podía contenerlo. Tan grande era, que vio que su vida corría peligro y aún así, siguió aferrado al cuerpo de su sirena y murió, pero fue feliz.


El pescador de la historia estaba listo a perder su alma sólo para estar con su amada sirenita, había buscado que era lo más valioso que tenía en su interior y renunció a ella, pero para poder renunciar a algo de nuestro interior tenemos que aprender a conocernos, viajar a nuestro interior. Cuando somos conscientes de lo que podemos dar y cómo tener un equilibrio en nuestras vidas y tener claros cuales son nuestros límites, esto nos evitará frustraciones, pesares y tristezas innecesarias. Pero llegar a ese auto conocimiento sólo es posible cuando ante las dificultades y adversidades, buscamos las oportunidades de aprender. Este conocimiento, nos permitirá saber de nuestras reales posibilidades en la vida.


Los mercaderes, consideraron que el alma del pescador, no valía nada, que era un encarte comprarla. ¿Qué harían ellos con esa alma y a simple vista? Podríamos pensar que este pescador, tampoco apreciaba el valor de su alma y estaba listo a entregarla como fuera si eso le permitía estar con su sirena. Entregar su alma al diablo era poco precio a pagar, pero por otro lado, también deseaba ser feliz y pagar el precio que fuera por lograr su felicidad. Entonces debemos preguntarnos: ¿Qué precio estamos dispuestos a pagar para ser felices? ¿Cuánto estamos dispuestos a pagar para amarnos más, para consentirnos más, para tratarnos mejor? ¿Cuánto por cambiar la tragedia, la catástrofe, la fatalidad, los miedos, las inseguridades, las obsesiones y enfocar nuestra vida en ser felices, amarnos realmente?


Es entender que sólo nosotros somos los responsables de nuestra felicidad y que debemos buscarla en el interior de cada uno. Ser felices depende de nosotros, curar nuestra ansiedad o cualquier trastorno emocional, no depende del mejor psicoterapeuta. Yo soy psicoterapeuta y no puedo curarte de tu trastornó, sólo puedo guiarte, aconsejarte, motivarte. Puedo usar mil técnicas de la terapia cognitivo- conductual, y aún así, no puedo curarte; porque para que sanes, debes amarte más de lo que te amas, debes valorarte más de lo que te valoras, debes aprender a perdonarte y a perdonar a otros, debes cultivar relaciones sanas y armoniosas con todos, debes creer más en ti mismo.


Si Freud viviera, ahora te diría lo mismo, no puedo curarte si de ti mismo no quieres curarte. Si no quieres ser feliz, yo no puedo volverte feliz. Ninguna terapia logra eso, sólo podemos darte herramientas para ayudarte a cambiar tus emociones, pensamientos y actitudes disfuncionales, por pensamientos, actitudes, comportamientos y emociones armoniosas con tu ser, con el motivo y la razón de ser de tu creación, tener gozo y ser feliz.


Te diré un secreto, por favor no lo divulgues. Yo no soy el mejor psicoterapeuta que tú necesitas, porque el mejor psicoterapeuta que tu requieres, está dentro de ti. Confía en ti, cree en ti, ámate, eleva tu autoestima. Yo confío en ti, yo creo en ti y sé de las cosas grandes y maravillosas que puedes hacer por tu felicidad, por tu bienestar, por tu vida. Sólo tienes que hacerlo, así de simple, así de sencillo, hazlo, hoy mismo.


¿Qué precio estás dispuesto a pagar por tu felicidad, por tu bienestar y para sanar de tu ansiedad? ¿A qué renunciarías hoy, para ser más feliz?

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Jorge es un psicólogo cognitivo conductual con entrenamiento en terapia breve y psicología positiva. Posee buenas habilidades para planear y conducir una entrevista, buena capacidad para analizar el contexto donde se desarrollan las conductas individuales. Cuenta con conocimiento sobre los diferentes enfoques psicológicos de la personalidad y sus alteraciones, capacidad creativa e imaginativa para realizar propuestas innovadoras que promuevan la salud mental, sensibilidad social y vocación de servicio.


Está firmemente comprometido en brindarte la mejor experiencia en este nuevo camino hacia el cambio. Como profesional puede ayudarte a mejorar tu matrimonio, a tratar problemas de ansiedad y depresión.


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